Primera jornada, primeras historias

El Tribunal Oral Federal (TOF) se encuentra en la esquina de calles Crisóstomo Álvarez y Chacabuco. Los accesos para ingresar a la sala de audiencias son dos: uno en cada arteria. De un lado, familiares de las víctimas formaban una fila. Mientras un grupo ingresaba, otro esperaba su turno para pasar. Esperaban. Llevan más de 40 años esperando por este día, o por días como estos. Del otro lado ingresaban los familiares de los imputados. De a pares, de a grupos, de a uno.

En la misma esquina, las banderas de organizaciones sociales, organismos de derechos humanos y partidos políticos le daban color a un día histórico. Por primera vez van a juicio los delitos de lesa humanidad cometidos antes del golpe de Estado de 1976. Violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, torturas, abusos sexuales, homicidios. 270 víctimas. Un universo diverso que incluía obreros, estudiantes, profesionales, empleados públicos y comerciantes. Algunos de ellos eran sindicalistas, otros militantes, otros no tenían ninguna actividad política. La veintena de imputados tiene a los ya juzgados en la megacausa Jefatura II-Arsenales: Roberto Heriberto 'el Tuerto' Albornoz, Ricardo Sánchez, Luis Armando De Cándido, Jorge Lazarte, Ramón Jodar y Miguel Ángel Moreno. A ellos se suman: Pedro Rojas, Pedro López, Enrique José Del Pino, Jorge Gerónimo Capitán, Alfredo Svendsen, Francisco Camilo Orce, José Luis Figueroa, Néstor Castelli, Julio Meroi, Omar Parada, Enrique Bonifacino, José Roberto Abba, Manuel Rubén Vila y Pedro Casiano Burtnik. El único que tiene una condena firme es Albornoz.

Pasadas las 10 de la mañana, la sala se terminó de llenar. También estuvieron presentes representantes políticos como el ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin; la legisladora Silvia Rojkés de Temkin y la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Érica Brunotto. El ingreso de los 20 imputados y de los miembros del tribunal marcó el inicio de la audiencia. Uno de los primeros planteos de la defensa significó la separación de Enrique Benjamín Bonifacino; según consignaron los defensores, sufriría de Alzheimer y no podría ser juzgado. El tribunal, compuesto por Gabriel Casas (presidente), Carlos Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga, decidió que permanezca en prisión domiciliaria en tanto se determine el estado de salud del imputado.

La extensa jornada llegó a su fin a las 19 horas y concluyó con la lectura de 124 casos. Los 146 casos restantes, según se prevé, se terminarán de conocer este viernes a partir de las 9 de la mañana. Muchos de los históricos familiares, que año a año, a lo largo de los once juicios que se realizaron habían estado presentes en la sala de audiencias, esta vez no entraron. Esos familiares son testigos y esperan poder entrar y sentarse junto al público. Esperan ese momento porque entonces ya habrán hecho lo último que les queda: decir su testimonio frente a un tribunal para que de una vez haya justicia por los suyos.

Fotografías de Ignacio López Isasmendi