Que se respete la democracia

Fotografía gentileza de Sebastián Lorenzo Pisarello

Así reza un panfleto titulado “Volvamos a clases”, convocando al rectorado de la UNT hoy, miércoles 13 de agosto a las 12. Dice querer la vuelta a clases y dice ser una marcha. El volante–encontrado a los pies del rectorado–fue distribuido por supuestos estudiantes que están en contra del paro docente que tiene lugar desde el 23 de mayo pasado y de la toma del rectorado.

La marcha terminó en agresiones graves en contra de los estudiantes. “En el día de hoy finalmente se hizo la marcha como habían convocado ciertos sectores en contra de la toma, una marcha que primero tuvo un tinte pacífico. Primero hubo un intercambio de palabras con miembros del gremio de ADIUNT, que hicieron un cordón en la puerta del rectorado para impedir el paso. En un momento esta gente (los convocados a la marcha) se puso muy violenta y empezó a violentar las puertas una por una. Primero la que da el acceso a la facultad de bioquímica, sin éxito. Luego la puerta principal y finalmente terminaron rompiendo candado y cadena de la puerta que estaba ubicada sobre (calle) Lamadrid en el patio del rectorado”, cuenta Diego Argañaraz, estudiante que participa de la toma del rectorado. “Una vez producida esta situación hubo un clima muy tenso y paradójicamente la seguridad del rectorado que nos había prometido que nos iba a cuidar, que estaba para velar por nuestra seguridad, fueron los que empezaron a pegarnos", dice mientras el resto de los estudiantes, organizados en pequeños grupos, trata de pasar el mal momento.

Diego detalla lo que le tocó vivir durante los incidentes. Cuenta que lo siguieron a otro compañero y él salió por detrás. Le pegaron cuando estaba de espaldas, lo tiraron en el piso. Cuando logró escaparse de sus golpeadores e inició el regreso al rectorado, preguntó a una patrulla por qué no actuaban y no obtuvo respuesta. Varios estudiantes cuentan situaciones parecidas. Les pegaron a mujeres, les pegaron a profesores, les pegaron a los compañeros varones, relata Diego.

“Los docentes empezaron a llegar de a poco cuando se enteraron que nos estaban agrediendo. Los increparon, los insultaron, una situación bastante lamentable.” Dentro del rectorado el clima es tenso. Los estudiantes van y vienen averiguando sobre la salud y el estado de ánimo de los compañeros. No se habla mucho. Los docentes entran y salen. La puerta principal sigue con candado y son muchos los compañeros que se paran ahí para asegurarse de que se respete que ahí se sucede una huelga legítima tanto de los estudiantes como de los docentes. Justamente parte de la democracia que ese otro grupo dice defender y lo hace a los golpes.