Enfrentar el problema con solidaridad

Llegaron las vacaciones y con él el calor tucumano, que no hace más que convertir en un infierno a la provincia. Salir a las calles céntricas es entrar en un horno, donde no importa la cocción sino volver a casa para ducharse o darse un chapuzón en la pileta. Pero cuando llegamos no hay agua. Desde los últimos años, Tucumán se ve afectado por la sequía y las altas temperaturas. El nivel de agua en las fuentes de abastecimientos es crítico y se intensifica con la falta de lluvias en el territorio. Además, como factor extra, está la falta de inversión de la empresa encargada de proveer agua domiciliaria, Sociedad Aguas de Tucumán (SAT). Las pérdidas de agua forman una imagen permanente en las calles de las ciudades tucumanas.

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