Resistir desde la música

El fin de semana pasado, la plaza San Martín comenzó a llenarse de melodías y acordes desde temprano. Los chicos y chicas, acompañados de sus familias, fueron llegando con sus instrumentos en las manos. Lloviznaba, pero eso no importó porque el objetivo era claro: visibilizar un programa que beneficia a los niños, niñas, jóvenes y adolescentes en la provincia. 

Hacía unas cuantas horas que desde el Ministerio de Educación de la provincia habían informado a coordinadores, docentes, directores y talleristas que el programa Coros y Orquestas continuaba. No ya bajo coordinación nacional, sino bajo la órbita provincial. “Hasta el año pasado el programa funcionó regularmente. Este año empezó con dificultades como el retraso en las contrataciones. En algunas provincias del país todavía no se puso en marcha”, contó Juan Pablo Caldier, director de la orquesta de la Escuela General Belgrano ubicada en Ciudadela. Ante esta situación, y en solidaridad con las provincias que no tienen asegurada la continuidad, quienes forman parte del programa decidieron llevar adelante la jornada cultural para visibilizar los resultados del trabajo de 7 años y la situación a nivel nacional. 

Las orquestas y los coros fueron acomodándose en distintos puntos de la plaza. Chelos de un lado, violines del otro. La percusión y los instrumentos de viento hacia atrás. La concentración era máxima cuando estaba a punto de comenzar la pieza musical. El director daba la orden con las manos y comenzaba la composición. Las miradas del público acompañaban atentas. Se pudo escuchar un abanico de melodías. Desde rock clásico hasta música latinoamericana.
Magalí tomaba un mate recién cebado mientras miraba como Irma, una alumna adolescente, practicaba con una compañera mucho más pequeña. “He visto a muchos chicos que están en un nivel muy profesional y que han empezado en las orquestas del programa. Hoy en día me cruzo con un montón de alumnos de la orquesta en el conservatorio. Se ha incrementado el número de chicos que entran al conservatorio y que tienen interés por la música. Se les ha abierto muchas posibilidades con esto”, contó emocionada esta docente de viola y violín. 

Coros y Orquestas tiene como objetivo la inclusión a través de una herramienta artística como lo es la música. Para Caldier, como para muchos otros directores y docentes, el programa ha permitido un acceso a los bienes culturales y simbólicos a sectores de la población que, de otra manera, no hubiera podido acceder. “Venimos a mostrar lo que amamos hacer. Para que la gente nos vea y se interese en lo que hacemos. Para mí, la música es un complemento para la felicidad”, contó Evelyn, una joven que comenzó a transitar la música por medio de la orquesta de la Escuela General Belgrano y hoy cursa en el conservatorio de la provincia. El espacio no solo permite este acceso; también constituye un lugar de encuentro para los niños, niñas y jóvenes que asisten. En algunos barrios, los coros y las orquestas han significado un trabajo que va más allá del arte. El fortalecimiento de las trayectorias educativas, en algunos casos, se ha dado través del programa. 

En una de las esquinas de la plaza, más precisamente en calles Chacabuco y Bolívar, la gente se amontonó alrededor de una de las orquestas. Sonaba un carnavalito. Uno de los jóvenes se ubicó en el centro del semicírculo y tocó el cicus, un instrumento de viento. Violines y percusión lo acompañaron. Es la orquesta del Barrio Juan XXIII de la capital tucumana. Gabriela Agüero, directora de la orquesta, contó que en el barrio ya funcionaba el grupo musical a cargo de la Organización No Gubernamental Música Esperanza. Por este motivo, los chicos y chicas que asisten tienen más años de formación musical, especialmente latinoamericana, que cualquiera de las otras orquestas. Según contó Gabriela, en el barrio se logró, a través de este dispositivo, que varios chicos se inserten en la escuela y la terminen. Esto además de generar un grupo humano que los contenga. “Va más allá del arte. Es una cuestión social y humana”, aseguró.

El programa está desmembrado a nivel nacional. Claudio Espector, coordinador nacional, no fue recontratado. La continuidad en las provincias depende de los esfuerzos de gestión y la posibilidad presupuestaria concreta. Esta situación pone en jaque al programa que tiene 139 orquestas y 159 coros en todo el país. “Estamos aquí, de alguna forma, para luchar por la continuidad. Si bien en Tucumán está asegurada durante el 2016, hay una inestabilidad que a nivel nacional. Lo que nosotros buscamos es que esto se convierta en una política de Estado”, dijo Agüero.